Ojalá miraras las gotas de lluvia caer. 

Imagina quién te habría sacado aquí, a un lugar donde, perdidos, estamos más libres que nunca.  

Ojalá no desearas que un momento durase para siempre. Por qué, ¿qué significado tiene eso para ti? 

Ojalá pudieras observar como te miro, atravesando tu mirada y perdiéndome en el juego de tus pupilas.

Ojalá supieras que me conozco cada paso que vas a dar, cada sonrisa, cada mirar.

Ojalá confiases en que los momentos solo son eso; momentos. Y que una vida se compone de muchos de ellos. 

Ojalá tu cabeza te permitiese plantarle cara a todo aquello que tienes reservado para tu almohada, para los amigos de la luna que bajamos en forma de estrella fugaz y para el licor arrinconado que ahora evitas tomar. 

Ojalá nunca me echaras de menos, teniendo la certeza de que estoy contigo por muy lejos que tu mente me transporte.

Ojalá no rechazases tu latir delante de nadie. Teniendo claro que es así y no es nada de lo que avergonzarse.

Ojalá pudieses gritar que los locos son ellos por no querer soñar en un mundo de nadie. 

Ojalá fueses tan tú que solo tú supieras realmente lo que quieres.