4. nov., 2021

"Antes eras tú"

Hoy me paró aquel chico con el que te llevabas tanto, ¿te acuerdas?
Pensé que no pasaría nada por recordártelo aunque sea así, mediante palabras que nunca llegarás a leer.
Me lo encontré y de manera pícara me dijo: "Ayer volvisteis a veros, escuché vuestras voces".
En ese momento mis ojos no lloraron pero mi alma se vió sumergida, agonizada. En cambio, mi rostro presentó lo que era una de las sonrisas más ficticias que poseía.
Saqué fuerzas y  dije: "No, esta vez no he sido yo" -seguido de una risa de las mías.
("Hace milenios que dos amigos no se encuentran bajo la luna, no me preguntes por qué; nunca lo llegué a entender. Parece que fue hace dos días, lo sé. Aunque dos días es lo que solemos tardar en darnos cuenta de que se acerca el frío después del verano; dos días dicen. Y yo, ilusa, te daba por lo menos otras dos estaciones antes de que te marcharas. Pues no has llegado a ver que mi frío esconde un cálido interior. Cómo lo siento. Cómo siento ese momento que compartían dos amigos; dos amigos que no llegaron a saberse leer.")
Él, al ver que no le había prestado atención, me dijo: "Que pena, siempre se os veía juntos".
Me limité a asentir, a pasar la puerta que se abría frente a mí y, al llegar a lo que antes sentía como mi hogar, se me vino el peso del universo encima. Bajé la cabeza, respiré, me dí media vuelta y me fui. No miré atrás; habrías estado orgulloso. 
Y así cerré otro capítulo. Otra historia sin acabar. Otra persona que recordar.
Pero, ¿sabes lo mejor? Me siento bien.
En el fondo sé que hubo una vez una gata sintiéndose lobo a la luz de aquella luna que nos sigue acompañando.
Siendo como soy, me quedo con la luna; pero te la comparto. 

Alba Bermúdez Ibañez.